Para mis amigos del Jubilar Villa
Rosita
Hoy viernes día 3 de agosto, día
caluroso donde os haya, he entrado en la cocina y me he hecho un sitio. Me he
dejado llevar por los recuerdos de casa de mi madre, y me he puesto a cocinar.
Este es mi relato dedicado especialmente para mis chicos del Jubilar.
En uno de los días más calurosos del año, unas lentejas, con dos
cojones.
INGREDIENTES
- Dos puñados de lentejas (francesilla, en este
caso) por comensal. Yo he puesto siete, como mi madre, dos para cada uno y tres
por si viene alguien.
- Dos pellizcos de sal (si hubiera tenido agua de
mar, mejor que mejor)
- Una varita blanca de apio cortada en trozos
menudos
- Una zanahoria cortada con el mismo estilo
- Tres, cuatro dientes de ajo sin pelar
- Un chorro de aceite de oliva
- Y agua, tres cuartos de la olla y una jarra para
ir añadiendo.
LA COCCIÓN
Empiezo la cocción a fuego fuerte
y cuando comienza a hervir lo bajo a un nivel medio. Estoy atento y no me
separo de la cocina, para lo cual dejo en la nevera próxima unas cuantas
cervezas (yo hoy me he servido dos) y
voy probando el guiso fin de confirmar
si las lentejas están cocidas o les falta agua, las rectifico de agua y sal y
me abro la segunda cerveza.
Cuando la lenteja está en su
punto (un pelín antes si es una vitro, para que el calor residual siga haciendo
su trabajo), la retiro del fuego.
EL SOFRITO
Aquí es donde viene el secreto
familiar que tantas veces he visto a mi madre. La ocasión merece abrir una
buena botella de vino, en esta es un tinto de Valtiendas que se ajusta perfectamente al proceso.
-
Una cebolla, hermosa, un tomate pequeño pelado y pimentón agridulce del valle de Ambroz (Caceres)
Una cebolla, hermosa, un tomate pequeño pelado y pimentón agridulce del valle de Ambroz (Caceres)
Preparo la cebolla en trozos
menudos y la frio en aceite de oliva hasta que “pierda el orgullo”, en ese momento
añado el tomate rallado y bajo el fuego. Dejo a la sartén su ritmo y antes de
que se requeme la cebolla la retiro del fuego y paso a la operación más delicada
del proceso. En ese momento me pongo otro vino. Espolvoreo media cucharada de pimentón
agridulce sobre el sofrito y remuevo rápidamente para que no se queme (os habéis
dado cuenta que ya estoy fuera del fuego) lo añado al guiso y lo dejo reposar.
Antes de servir, coloco la
cazuela en el fuego y a punto de ebullición remuevo y en un minuto estará lista
para servir.
COSAS MUY IMPORTANTES A TENER CUENTA
El vino ha de ser bueno. Fundamental
Yo he pedido a mi compañera “que
ni me mire” cuando estoy haciendo la comida. Es muy importante.
Como solo me voy a dedicar a
la cocina y tengo tiempo de sobra, es conveniente ir limpiando los “cacharros”
según se van utilizando. Solo nosotros sabemos que en caliente las cosas se
limpian mejor. Los cuchillos de cocina no hace falta “mandarlos” al lavavajillas,
se lavan y secan y vuelven a su sitio. Al final es importante terminar con una
sola cazuela y dos vasos de vino, uno para mí, y otro para la compañera que
tanto nos ha ayudado a ser como somos.
Un beso
Boli